Hay una palabra de siete letras que consigue que nuestros corazones cambien de estación. Esas siete letras dispersas, separadas, no son gran cosa; pero, al unirse correctamente y ser pronunciadas con amor hacen que el alma ponga sus relojes en hora.
Doy fe de lo vivido en el último año, del apego que sentimos por nuestra tierra, de nuestro deseo de hacerla más visible. Nuestra comarca ha ganado con nuestra juventud y con nuestra forma distinta de mirar.
La distancia no existe, ya lo sabéis, estamos conectados por un hilo invisible, todo está conectado.
No os canséis de pedir, pedid como la viuda al juez injusto, seguro que Dios tiene ya un plan para cada uno de nosotros. Que en medio de nuestras tareas no olvidemos que un día fuimos notas de un mismo acorde.
GRACIAS.
Ignis 
Emocionante, Carlos, como todo lo que escribes, solo que esto me toca más de cerca… Estamos conectados ya para siempre, de eso no hay duda y ojalá que volvamos a cruzarnos por el camino que tenemos por delante. Salud, amigo!
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